Donde bajan cinco se montan 10

“Entren que caben 100”, reza una de las letras de una canción salsera de Héctor Lavoe y que jocosamente algunas personas hacen uso cuando observan la azarosa intención de gente corriendo por abordar cualquier unidad de transporte que esté disponible.

Esta es la triste y precaria realidad que está atravesando el pueblo carabobeño con el problema de transporte que no termina de resolverse, aunque se sabe que el problema no es sólo  local, sino regional y nacional.

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Con la excusa de esta trillada guerra económica surgieron los “transbarandas”, los camiones “cochineros”, las llamadas “perreras” y ahora los Transdráculas que se incorporan a este festín de sufrimiento diario como un paliativo al conflicto.

Basta con salir a las paradas de autobuses o busetas para ir al trabajo, la universidad, el colegio o cualquier parte de la ciudad para darse cuenta del rudo panorama ofrecido a la carta al momento de abordar estos amasijos de hierro.

La situación no es nada alentadora, es a diario ver gente trepando entre barandas, desesperadas por encontrar un lugar dónde ubicarse y, lo demás es cuento, o mirar con asombro personas corriendo detrás de una buseta, cava o camión.

Mujeres embarazadas, madres con niños en brazos, y personas ancianas son los más perjudicados, sin importar el peligro o los riesgos que se corren ante cualquier eventualidad, con tal de llegar a su destino.

El problema es sumamente grave, y lo más triste es que el cruel escenario se ve y se palpa ante la mirada complaciente de las autoridades del Estado, visto como algo normal, que busca perfilarse ya como una costumbre, de algo jamás visto en Venezuela, pero que ahora es parte de la cotidianidad venezolana.

La solución está y la tiene el Gobierno venezolano; no se trata de condicionar la deprimente situación económica del país a una guerra o bloqueo económico, simplemente es el Estado quien debe accionar y solventar las cosas por una simple razón: tiene el control de todo, la administración de las divisas, las riquezas naturales del país y el petróleo, entre otros.

VOCES

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